Una rara “luna negra” saldrá con el sol el próximo 22 de agosto: ¿Se podrá ver?
(Telemundo Atlanta) - El cielo nocturno de agosto traerá consigo un fenómeno poco común que, aunque pasará desapercibido a simple vista, no deja de fascinar a astrónomos y aficionados.
Se trata de la llamada Luna Negra, un evento que tendrá lugar en la madrugada del 23 de agosto a las 2:06 a. m. EDT (06:06 GMT), es decir, a las 11:06 p. m. del viernes 22 de agosto en la costa del Pacífico de Estados Unidos.
En ese instante, la Luna alcanzará oficialmente su fase de luna nueva, alineándose con el Sol en la constelación de Leo, a solo un grado de separación. Esto significa que nuestro satélite natural se ocultará en la brillante luz solar, haciéndose completamente invisible desde la Tierra.
¿Qué es exactamente una Luna Negra?
Aunque el término no forma parte de la nomenclatura astronómica oficial, los observadores del cielo lo utilizan para describir circunstancias inusuales relacionadas con las lunas nuevas. En este caso, se trata de una Luna Negra estacional, es decir, la tercera luna nueva dentro de una estación que cuenta con cuatro en total.
Por lo general, cada estación del año tiene tres lunas nuevas, pero los desajustes entre el ciclo lunar y nuestro calendario hacen que, de vez en cuando, aparezca una “extra”. La tercera de esta secuencia recibe el nombre de Luna Negra. La última de este tipo ocurrió el 19 de mayo de 2023, y la próxima no se repetirá hasta dentro de unos 33 meses.
En este verano boreal de 2025, la primera luna nueva se registró el 25 de junio, seguida por las del 23 de julio, el 3 de agosto y el 21 de septiembre. Al haber cuatro en una misma estación, la correspondiente al 23 de agosto califica como Luna Negra.
¿Se puede observar?
A diferencia de fenómenos más espectaculares como las superlunas o los eclipses, la Luna Negra no ofrece un espectáculo visible directo. Durante la fase de luna nueva, la Luna se encuentra entre la Tierra y el Sol, mostrándonos su lado oscuro. En consecuencia, se mimetiza con el cielo diurno y desaparece de nuestra vista.
Sin embargo, este evento abre la puerta a otros atractivos. La oscuridad que acompaña a la fase de luna nueva crea condiciones ideales para contemplar los objetos más débiles del cielo profundo, como nebulosas, cúmulos estelares o incluso el núcleo luminoso de la Vía Láctea, que alcanza su máximo esplendor en estas fechas estivales.
Además, los días posteriores traerán un premio visual. En las noches del 24 y 25 de agosto, poco después del atardecer, los observadores atentos podrán divisar el finísimo arco plateado de la luna creciente, una de las fases más delicadas y fotogénicas del ciclo lunar.
Una rareza astronómica
Aunque las lunas negras no son eventos de observación directa, su rareza las convierte en un tema de interés para astrónomos y amantes del cielo. Recordar que estas “lunas invisibles” forman parte del intrincado calendario lunar nos ayuda a comprender mejor cómo los movimientos de nuestro satélite interactúan con las estaciones y nuestro propio conteo del tiempo.
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